“Con el counselling le proporcionamos al paciente recursos para que aprenda a gestionar esas emociones”.
Ayudar al paciente a identificar sus emociones influiría en los resultados de la farmacoterapia
Un trabajo señala que analizar los aspectos emocionales del paciente y ayudarle a que sepa gestionarlos a la hora de tomar decisiones pueden tener repercusión en los resultados de la farmacoterapia.
Las emociones juegan un importante papel dentro cualquier tratamiento. Es más, ayudar al paciente a identificar aspectos emocionales y a saber gestionarlos a la hora de tomar decisiones pueden tener repercusión en los resultados de la farmacoterapia. Ésta es una de las principales reflexiones que se desprenden de una investigación llevada a cabo por el farmacéutico comunitario Antonio Barrera. Dicho estudio ha sido su trabajo final de Máster (TFM), realizado en la Universidad San Jorge, en Zaragoza.
El objetivo de este trabajo ha sido profundizar en el manejo de las emociones del paciente desde la oficina de farmacia para así optimizar la farmacoterapia. En concreto, este estudio se ha desarrollado en la farmacia Paús C.B., situada en Huelva capital. Ha contado con una muestra de ocho pacientes, todas ellas mujeres, con edades comprendidas entre los 59 y los 83 años. Todas presentaban además enfermedades crónicas.
Para trabajar el manejo de las emociones con estas pacientes, se han realizado entrevistas en profundidad en las que se han utilizado técnicas de counselling. Estas técnicas consisten en interactuar con el paciente para ayudarle a que identifique sus emociones, reflexione sobre ellas y las tenga en consideración en el momento de tomar decisiones. “La gestión de las emociones influye muy positivamente. Se consigue un cambio en el paciente, un cambio en su autonomía y en la toma de decisiones que afectan a su salud”, explica Barrera. “Con el counselling le proporcionamos al paciente recursos para que aprenda a gestionar esas emociones”.
Para llevar a cabo este trabajo, a cada paciente se le planteaban cuatro entrevistas: en las dos primeras se profundizaba en las emociones; en la tercera, además de un plan de cuidados en función de sus patologías, se le entregaba otro con conclusiones sobre cómo gestionar las emociones; y en la última se comentaba con ella los resultados.
¿Cómo aplicarlo el día a día?
A pesar de que este estudio se ha llevado a cabo con una minuciosa investigación a través de entrevistas en profundidad, el autor ofrece algunas pistas sobre cómo puede implicarse el farmacéutico comunitario en la gestión de las emociones de sus pacientes: “Hay que hacer una escucha activa, sin juicios de valor, sabiendo identificar las emociones y formando un equipo con el paciente. Entre los dos deben valorarlas, estudiar como aplicarlas en la toma de decisiones y ver cómo ponerlas en práctica”.
Y es que, para Barrero, este trabajo también tiene como fin potenciar el papel de la farmacia comunitaria en el sistema sanitario e integrar la labor que realizan los distintos profesionales (médicos, farmacéuticos, enfermeros, psicólogos…), cada uno en su ámbito de actuación. “Unir toda esa labor que realizan cada uno estos profesionales redunda en beneficio del paciente”, concluye.
Autor: Manuel Fernández Bustelo